Por José Granados Fernández
Twitter: @JoseGranadosF
En mayo del año pasado fue firmado el contrato por 3.126 millones de pesos para ejecutarlo en 60 días, es decir las obras debieron estar listas en julio, sin embargo, han pasado 244 días y los trabajos están inconclusos, o los que terminaron están deteriorados. ¿Acaso utilizaron material de mala calidad?
Se trata del contrato SG-LP-01-2021-003 que el municipio de Soledad, a través de la secretaria general, Amalfi Gaviria Ramos, firmó con el Consorcio Técnico Soledad, representado por José Garzón Pezzano, para el mantenimiento, reparación y/o habilitación de las unidades sanitarias y dotación de materiales e insumos para la preparación y atención del servicio educativo de los colegios oficiales de Soledad en el marco de la pandemia del Covid-19.
En la millonaria licitación, el Consorcio Técnico Soledad, conformado por Intec de la Costa y Makei Soluciones y Asesorías, fue el único proponente.
Ahora que en 2022 se reactivan las clases presenciales padres de familias y profesores hacen denuncias sobre estas millonarias obras inconclusas.
30dias.co recibió quejas por la falta de las baterías sanitarias en la institución educativa del barrio Tajamares. En una visita al colegio, ayer en la tarde, pedimos se nos permitiera ver en qué estado se encontraban los baños. Sin embargo, la orden fue que no podíamos seguir porque no estaba la rectora y el coordinador se encontraba en una reunión.
“Eso ya lo terminaron”, aseguró el vigilante, pero al insistirle en que queríamos ver los baños, dijo que no era posible. “Es que la rectora no está”, comentó.
“Hasta la semana pasada los baños estaban inconclusos, y lo que llaman sistema de bioseguridad para el lavado de manos, estaba también sin terminar”, insistieron los padres denunciantes.
En defensa de su denuncia mostraron un mensaje del colegio en el que les informaron que los niños comenzaban clases ayer en el horario de 12:30 a 2:00 p.m., con una llamativa posdata que decía: “Papitos, los baños de la institución aún no han sido entregados, razón por la cual trabajaremos el horario antes mencionado”. Al salir de clases, varios alumnos testificaron, delante de sus padres, que no había agua en el colegio.
Igual de inconclusas están las reparaciones del sistema sanitario en el colegio de La Central, populoso sector donde se necesita una educación activa y vigorosa para evitar que niños y adolescentes sean atrapados por las redes delictivas que allí pululan.
En los baños, separados del resto de la edificación, “el enchape está sin terminar. Si entra, solamente verá unos tubos, pero no funciona nada”, dijeron profesores, corroborando las evidencias que se observan en una serie de fotografías enviadas a 30dias.co.
Dificultades similares constatamos en el colegio Santander, donde permitieron el ingreso:
—Las 3 baterías sanitarias que el contratista construye en el patio de recreo están sin terminar.
—En el baño de las mujeres, donde supuestamente hicieron una reparación, lo único que se observa nuevo es la burda instalación de un pedazo de tubo para una tercera pluma en los lavamanos; 2 de los sanitarios tienen en sus puertas el infaltable cartel de ‘Dañado’.
—Y en el baño de los varones siguen el mismo enchape y las plumas de plástico en mal estado. Conocimos que la rectora obligó al contratista a cambiar el piso que había instalado —lo único nuevo en ese baño— porque utilizó baldosas de pared —de las más baratas en el mercado— que son deslizantes y se constituían en un riesgo para la seguridad de los alumnos.
A parte de este contrato, al Santander enviaron varios dispensadores metálicos para botellas de gel o alcohol, pero la secretaría de Educación no les ha entregado estos productos para que los alumnos se desinfecten las manos. ¿A los demás colegios se los entregaron?
Llama la atención que las fallas e incumplimientos en el millonario contrato habían sido advertidos por la procuradora regional, Margarita De la Hoz, en agosto del año pasado, en un documento enviado al poco conocido procurador provincial, Jorge Vásquez Subiroz, a quien le dio traslado de lo que esa dependencia del ministerio público había encontrado en una inspección a 10 colegios de Soledad.
La procuradora De la Hoz, en ese entonces, advertía que los rectores de las instituciones educativas visitadas manifestaron que el regreso a la presencialidad “estaba sujeto a la terminación de las obras que adelanta la administración municipal, cuyo objeto es la intervención de las baterías sanitarias”.
Sin embargo, advertía el documento: “nos genera preocupación la lentitud con la que se vienen adelantando” dichas obras. De acuerdo con los rectores, había días en que “los obreros no laboraban, incluso, pudimos advertir que no tienen una persona que los supervise y que apremie celeridad en la ejecución de las tareas”, dice el informe.
Además, la procuradora Margarita De la Hoz llamaba la atención sobre que en las obras estaban interviniendo solo las paredes, lavamanos y sanitarios, pero los pisos seguían en pésimas condiciones. La funcionaria anexaba fotografías de los hallazgos.
Por lo visto, en la Procuraduría Provincial de Barranquilla, donde la costumbre es mostrar pocos resultados en sus investigaciones y dejan prescribir los procesos, no le prestaron atención al informe de la Procuradora Regional.
Del contrato de los 3.126 millones de pesos llama la atención, igualmente, que una de las obligaciones del contratista es “dotar de mascarillas faciales a los 2.250 docentes, directivos docentes y administrativos de las instituciones educativas que regresen a la presencialidad“. Deben ser tapabocas N95, los de mayor protección contra el letal virus del Covid-19. ¿Será que a los profesores y al personal administrativo les entregaron estos elementos de bioseguridad, o en esto también ha sido incumplido el contrato?