Comandos Gaula en un ejercicio antiextorsión.
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La posible asociación entre las altas temperatura y las cifras de extorsiones

La posible asociación entre las altas temperatura y las cifras de extorsiones

Un análisis científico de UniSimón cruzó las estadísticas de este delito y la información meteorológica de Santa Marta, Barranquilla, Cartagena, Valledupar, Bogotá, Medellín, Cali y Quibdó, durante el primer semestre de 2023. 

Un estudio realizado por la Universidad Simón Bolívar con modelos estadísticos predictivos y programas de inteligencia artificial evidenció una posible asociación entre las altas temperaturas y las extorsiones en ciudades capitales de las regiones Caribe y Pacífico.

“Los resultados sugieren que las condiciones climáticas extremas, como las olas de calor, podrían desempeñar un papel en el aumento de los casos de extorsión”, dice su autor, Anderson Díaz Pérez, profesor del Departamento de Ciencias Sociales y Humanas del alma mater barranquillera.

Las extorsiones son cobros bajo amenazas, también denominados ‘vacunas’, que pueden relacionarse con otras actividades ilegales, factores socioeconómicos y demográficos, economías informales, disputas territoriales de grupos criminales organizados, percepción de seguridad, la aplicación de las leyes o que las Fuerzas Militares y de Policía no puedan garantizar la seguridad en determinadas áreas.

El análisis científico, dado a conocer a 30dias.co, aplicó el cálculo de Poisson, un modelo predictivo que expresa la probabilidad de que ocurran uno o varios eventos en un determinado periodo por la influencia de variables externas.

La institución explicó que la idoneidad del modelo se evaluó con el Software Wizard 2® para predecir y explicar la variabilidad de las extorsiones. Y para un mayor rigor, se enriqueció con información de contexto evaluada con la plataforma de IA, GPT-3.5 (Data Analyst), que identificó patrones de los cambios de temperatura en las ciudades y la frecuencia de las ‘vacunas’.

HALLAZGOS LLAMATIVOS

Detalló la UniSimón que entre enero y junio del año pasado recopilaron información del clima en Santa Marta, Barranquilla, Cartagena, Valledupar, Bogotá, Medellín, Cali y Quibdó, a través de la plataforma Weather Spark, y recogieron las cifras de la Fiscalía, la Policía, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Defensa sobre las extorsiones, una práctica delictiva que repercute en la economía de las ciudades y puede convertirse en un alimentador del conflicto.

Al cruzar los datos, se observó “un patrón climático en aquellos municipios donde las temperaturas son más altas y por ende tiende a haber una mayor predicción de eventos de extorsión, como Valledupar, Santa Marta, Cartagena, Quibdó y Barranquilla, donde las temperaturas son cálidas 24°C y 33°C, o muy calientes 35°C, con sensación térmica superior a 40°C”, exponen los resultados de la investigación publicados en la Revista Interciencia.

Para Medellín y Bogotá hubo una tendencia “relativamente baja” en el promedio de cobros extorsivos en enero y febrero de 2023, periodos con temperaturas más frías, en comparación con municipios más cálidos. “En general, hay una variación estacional en la extorsión en muchos municipios, con tasas más altas en los meses más cálidos, lo cual se afirma con la sensación térmica de muy caliente”, dice el estudio.

Estos hallazgos coinciden con los de otros trabajos académicos. En 2021, científicos de las universidades de York y Leeds (Inglaterra) publicaron los resultados de un estudio con datos de Medicina Legal y el IDEAM sobre el comportamiento de los homicidios en la ciudad de Barranquilla, los cuales mostraron que los factores climáticos pueden ser un predictor importante de violencia interpersonal y deben considerarse al diseñar políticas de seguridad urbana a largo plazo en las regiones más vulnerables al cambio climático.

Según el profesor Díaz, Ph.D. en Bioética y en Salud Pública, su trabajo no pretende atribuir la ocurrencia de extorsiones a las altas temperaturas, sino que las estrategias de seguridad contemplen que el clima también incide.

“El trabajo agrega una dimensión empírica al debate sobre la influencia de las condiciones climáticas extremas en la criminalidad, respaldando la importancia de considerar factores ambientales al analizar patrones de delincuencia, brindando una base para futuras investigaciones y políticas de prevención”, subraya el investigador.El estudio plantea la aparición de una patología emergente vinculada al cambio climático, la Disfunción Cognitiva por Estrés Térmico (DCET), que sugiere que las altas temperaturas pueden perjudicar la capacidad cognitiva y emocional de las personas, incrementando su vulnerabilidad a la coerción y al crimen organizado.

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