La primera etapa del proyecto de la Gobernación del Atlántico abarca 2 kilómetros.
De cuando eran niños, Jackeline Caballero recuerda emocionada que en las vacaciones llegaba de Sabanalarga a las playas de Sabanilla a acompañar a su papá que había comprado un terreno por 2.000 pesos que le prestó su abuela para montar una modesta caseta en la que vendía comida a los turistas; Diego Rendón sonríe cuando rememora que a los 12 años no sólo disfrutaba el mar y correteaba por todos lados, sino que desde esa edad trabaja con sus padres en la caseta donde atienden a los visitantes.
Hoy, ellos forman parte de los 19 caseteros que están listos para convertirse en empresarios del turismo, como beneficiarios del Plan de Ordenamiento de Playas que, en una extensión de 2 kilómetros, la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Puerto Colombia llevan a cabo en las que son conocidas como las Playas del Country.
Además de las modernas obras de infraestructura, el proyecto Playas para la Gente en su parte social y humana está dirigido a comenzar un “cambio profundo y duradero en la manera de pensar, atender y ofrecerles servicios a los turistas”, destaca la gobernadora Elsa Noguera.
Por eso, bajo el concepto de que más turistas bien atendidos representarán más ingresos, Jackeline Caballero considera que para los habitantes de la zona habrá una “mejora en la calidad de vida”.
La primera etapa generará cerca de 300 empleos directos, explica el sociólogo Jorge Ávila, gerente de Parques para la Gente. Por la experiencia acumulada en otros municipios, a este grupo de trabajo de la administración departamental le confiaron el proceso de acompañar y capacitar a la comunidad, junto con el Sena, Cajacopi y la Fundación Mario Santo Domingo, en la transición hacia el “nuevo modelo de negocio turístico”.
En las capacitaciones les han enseñado a llevar las cuentas, a cómo hacer las compras para que rinda el dinero; los han instruido sobre la relación con sus empleados, que incluye al personal de cocina y meseros, y muy especialmente los entrenaron sobre el trato que deben darles a sus clientes.
Diego Rendón valora las capacitaciones y dice que son importantes para “ofrecer el mejor de los servicios a los turistas locales, nacionales y extranjeros” . Él igualmente espera que se multipliquen cuando la gente vea “lo chévere que van a quedar las playas del Country”.
Cocinas, enfriadores, utensilios y cajas registradoras nuevas, además de datáfonos, forman parte del equipamiento que ya recibieron los caseteros como parte de las herramientas de trabajo que, como incentivos, les entregó la Gobernación por su empeño en capacitarse. “Ellos han mostrado su deseo de superarse y de apostarle a este plan”, enfatiza Ávila.
El Plan de Ordenamiento de Playas, además de las zonas de las cocinas, tendrá un área administrativa, 4 baños, 2 enfermerías, 5 garitas de salvavidas, y 2 zonas recreodeportivas.
“Este ordenamiento será incluyente y respetuoso para las personas con algún tipo de discapacidad, pues tendrán acceso a las playas de manera directa”, destaca la gobernadora Noguera.
El viernes, obreros y arquitectos trabajaban laboriosos en lo que serán las modernas cocinas de forma rectangular, alineadas perfectamente y entrelazadas con pasarelas que tendrán acceso a 7 zonas de comidas bajo enormes bohíos de palma, a pocos metros de las playas protegidas por dos enormes espolones que ayudan a su estabilización.
Además de contar con jardines, el mobiliario será embellecido con tejidos elaborados por artesanas del Atlántico y diseñados por la decoradora Mónica Urquijo. 50 mujeres tejedoras de Puerto Colombia y de San Juan de Tocagua trabajaron esta parte del proyecto.
En los enormes quioscos serán instalados cortabrisas en tonalidades marinas y colores muy caribes tejidos en PVC, cuerdas de telas de nylon y enea. Además, las tejedoras de San Juan de Tocagua elaboraron 100 esteras en enea que adornarán los sitios de descanso.
El ordenamiento prohíbe que los vehículos ingresen a las playas, por lo que habrá 2 áreas para parqueaderos. Esta decisión tiene una razón técnica: si los carros no transitan por la playa, la arena no se compactará y al estar más suelta habrá mejor capacidad de absorción en época de lluvias.
Las frágiles chozas a orilla del mar, que se desbarataban cada vez que soplaba una fuerte brisa, serán reemplazadas por coloridas carpas que tendrán el servicio completo de sillas y asoleadoras.
Como el principal objetivo será atraer más turistas, Diego Rendón confía en que “los barranquilleros no tendrán que irse para Cartagena ni para Santa Marta, y esperamos que lleguen más extranjeros”.
Para no repetir las experiencias con abusos a los turistas, como ha sucedido en Cartagena y en Cholón, donde les han cobrado cuentas millonarias y escandalosas por comidas y bebidas, en el ordenamiento de las playas del Atlántico quedó establecido como regla de juego que habrá una lista de precios unificada.
“Aquí no habrá pescados a millón de pesos”, insiste la gobernadora al respaldar esta decisión.
Como empresaria, Jackeline Caballero dice que, si bien tienen que sacar unas ganancias para atender gastos y pagarles a sus empleados, saben que “no podemos abusar de los visitantes” con precios con los que pueden sentirse atracados.
A finales de abril deben estar listas las obras de infraestructura turística y deportiva que construye el Consorcio Obras Especiales Puerto, del que hacen parte la empresa Covein, Erwin Castro Salgado y Azul Constructores e Ingenierías SAS. La inversión de la Gobernación del Atlántico asciende a 24.000 millones de pesos.