Comunidad costera alerta que la recortaron y llegaría solamente hasta Palmarito.
Las primeras imágenes son del 16 de diciembre de 2015. Aparece Germán Vargas Lleras, vicepresidente de la República y responsable de la billonaria inversión en infraestructura del gobierno de Juan Manuel Santos. Mientras quienes lo acompañaban en la tarima sonrían, él estaba concentrado firmando el Contrato 1674 del Invías con el empresario Mario Huertas por $93.874 millones, para construir en 4 años -hasta 2019- 13 kilómetros de Puerto Velero al Sombrero Vueltiao, Atlántico, en la inconclusa doble calzada Barranquilla – Cartagena.
“Con esta obra gana la Región Caribe, porque fortalece su infraestructura vial y facilita el tránsito de pasajeros, carga y turistas”, expresó Vargas en una obvia declaración.
Las segundas imágenes son del 31 de julio de 2021, cinco años y medio después. Iván Duque Márquez, presidente de la República, y Ángela María Orozco, ministra de Transporte, cortan la cinta inaugural no de los 13, sino de apenas 7 kilómetros.
“Estos son los días que lo llenan a uno de emoción, le hemos cumplido y le seguimos cumpliendo al Atlántico”, expresó Duque contento; “continuaremos ejecutando las obras pertinentes para garantizar la entrega del segundo tramo de este proyecto en el primer semestre del próximo año”, prometió Orozco.
El primer semestre al que hacía referencia la ministra para entregar los restantes 6 kilómetros acaba de pasar: enero – junio de 2022, pero el contratista Huertas no entregó la obra hasta el Sombrero Vueltiao.
Aunque está dentro de la vía Barranquilla – Cartagena de la Concesión Ruta Costera, el tramo Puerto Velero – Sombrero Vueltiao fue contratado por el Instituto Nacional de Vías, Invías, como obra pública.
¿Más plata, menos kilómetros?
Durante una visita a la zona constatamos que después del puente de Bajo La Habana las obras están paradas, todo es un lodazal en los 300 metros frente a Altos del Príncipe y Villa Palmarito. El corte del trazado de la nueva calzada llega hasta ese sitio.
Por eso en la comunidad costera hay alerta. Afirman que “después de siete años de espera, la obra la recortaron 3 kilómetros y no llegará hasta el Sombrero Vueltiao”. Con el agravante de que pasó de $93.874 millones a $144.200 millones.
Las denuncias comunitarias surgen porque en la gigantesca valla informativa instalada en 2015 en Palmarito aparece el nuevo valor del contrato con la nueva fecha de entrega, supuestamente, en “diciembre de 2022”, en dos meses, pero no precisa cuál es el trayecto. En Palmarito hay otras dos señalizaciones que avivan las preocupaciones: “Fin Tramo Invías”, dice una; “Inicia Ruta Costera”, detalla la otra.
Óscar Imitola, ingeniero residente en el sector, quien ha hecho seguimiento al contrato, afirma que están frente a una “obra fallida” por la demora, el mayor valor de “50.326 millones frente al contratado inicialmente” y el posible menor alcance.
Audio: La obra no tendrá el alcance para el que se contrató
Luego de 13 modificaciones, la última del 23 de diciembre de 2021; tres adiciones y seis prórrogas, la última del 29 de junio de 2022, de acuerdo con la información registrada en el Secop, quisimos conocer del Instituto Nacional de Vías si es cierto que recortaron la obra.
La entidad nacional, a través de su Oficina de Comunicaciones, respondió, a una consulta que hicimos el 18 de octubre, que había elevado las preguntas al área técnica; también acudimos a la directora seccional, Diana Vanegas, pero no respondió el mensaje escrito, aunque en una comunicación telefónica previa manifestó que debía pedir permiso a Bogotá para que la dejaran hablar. En últimas, nadie dio respuesta.
No responden por afectaciones
Mientras Invías guarda silencio, residentes y empresarios del sector turístico sienten que la construcción de la doble calzada se ha convertido en un problema, una frustración más.
Los moradores de Altos del Príncipe denuncian que con el trazado de la nueva calzada el Invías y el constructor Mario Huertas “destruyeron las cuatro carreras” que les daban acceso a la vía y ahora no quieren construirles una salida. “Estamos secuestrados”, afirma el copropietario Pedro Osorio.
Audio: «Contratista desapareció nuestras vías de entrada»
A pocos metros de allí, Carlos Paternostro, presidente de la junta directiva de Playa Mendoza, cuestiona los perjuicios para el sector turístico por la demora de las obras. Se queja porque “la vía no es una 4G como lo anunciaron”.
Audio: El contrato ha sido irregular, Carlos Paternostro
Como lo señala Paternostro, la concesión vial Barranquilla – Cartagena de 110 kilómetros figura en documentos del Ministerio de Transporte y la ANI como una 4G. Es decir, en el papel su trayecto es en doble calzada. Pero nada menos cierto. Desde Marahuaco, Bolívar, hasta el puente que terminan en Bajo La Habana, Atlántico, tiene cerca de 64 kilómetros en una calzada de viejas especificaciones, y hay que pagar dos peajes que hoy valen $16.100 en Marahuaco y $15.000 en Puerto Colombia.
“En la mayor parte de su trayecto es una vía secundaria, no una 4G”, reafirma Imitola.
Audio: No es una Vía 4G, Óscar Imitola
¿Por qué esta obra se ha encarecido en $50.326 millones? Cuando comenzaron los retrasos, Invías y el constructor explicaron que hubo un mayor costo predial. Por eso, residentes de la zona costera señalan que esto demuestra que en el “proyecto hay muchas improvisaciones y falta de planificación”.
No entienden cómo en Palmarito trazaron la nueva doble calzada por el área donde debieron comprar varios negocios, construcciones y tumbar las cuatro carreras al interior de Altos del Príncipe, mientras que al frente, afuera de Turipaná y un condominio, “hay suficiente espacio público para la nueva calzada y no tenían que gastarse un peso”.
Sin que Invías y Mario Huertas aparezcan a dar las explicaciones sobre el costoso tramo no terminado y al parecer recortado, el empresario turístico Eliécer Alba pone sobre la mesa otro problema que deben resolver Ruta Costera y la Agencia Nacional de Infraestructura. Alba confía que la doble calzada llegará hasta el Sombrero Vueltiao como está contratado, por lo que será necesario construir un puente u otro tipo de obra que conecte la intersección Santa Verónica – Juan de Acosta para no perjudicar la actividad turística. La Ani ya le dijo que “de eso no saben nada y no hay plata”.
Audio: Si no hay dolientes, seremos perjudicados
Ante todas estas dificultades técnicas, sobrecostos y obras atrasadas no hay duda de que, como dicen sus usuarios, la vía Barranquilla – Cartagena es una “colcha de retazos y no la pomposa 4G que pregonan desde el Ministerio de Transporte”.