Sin tener una sola mina de cobre en su territorio, el Atlántico exportó 466 millones de dólares desde 2019 hasta octubre pasado.
“Se roban todo”, afirma la mujer que recuerda que en su barrio, calle 75 con 49, el alumbrado público en abril estuvo fuera de servicio varios días. Al final se supo que el daño obedeció al robo de cerca de 150 metros de cables eléctricos subterráneos.
Lo sucedido en esa zona de Barranquilla es parte del inventario de robos que día a día golpea a las empresas de servicios públicos. Igual sucede en los municipios del Atlántico.
Aprovechando la oscuridad de la noche y la falta de vigilancia de la Policía, los ladrones siguen haciendo de las suyas en busca de cables, canecas, rejillas, reductores de velocidad, medidores de agua y otros elementos en vías públicas, parques y casas que contengan piezas de cobre, hierro y bronce para venderlas en chatarrerías, en las que tampoco hay control oficial alguno a pesar de que en el Código Penal, Artículo 447, está tipificado el delito de receptación que castiga a quien adquiera, posea, convierta o transfiera cosas robadas.
Hasta el momento, el inventario de esos robos a las empresas Air-e, Triple A, Alumbrado Público, Semáforos de Barranquilla y la Agencia Distrital de Infraestructura es el siguiente:
En 2022 las bandas que se dedican a ese negocio delictivo se han robado en Barranquilla y los municipios atlanticenses 79.7 kilómetros de cables eléctricos que contienen cobre, una distancia mayor a la que hay entre esta capital y la población de Luruaco, en el centro del Departamento.
El crecimiento de los robos coincide con un hecho que llama poderosamente la atención: sin tener una sola mina de cobre en su territorio, el Atlántico entre 2019 y octubre de 2022 exportó 466 millones 304 mil dólares en este metal, de acuerdo con la base de datos económicos Sicex, que contiene la información que clasifica la Dian sobre las exportaciones nacionales.
“Desperdicio de cobre” es lo que más se ha exportado desde el Atlántico.
Las más afectadas
La mayor afectación por los robos de cables la han sufrido Alumbrado Público en Barranquilla y Air-e en los municipios.
A la primera de estas empresas le robaron hasta octubre 25.8 kilómetros de redes eléctricas de cobre. Junio con 5.7, agosto con 3.7 y julio con 3.6 kilómetros fueron los meses de mayor afectación. Las pérdidas sumaron 729.6 millones de pesos. Además, a la compañía le hurtaron 21 luminarias.
Carlos Sarabia, gerente de Alumbrado Público, explicó que el robo de cables genera tres afectaciones, en especial la que sufren las comunidades en horas de la noche.
Audio: Problemas a la comunidad y gastos adicionales
Si bien la acción de los ladrones que vandalizan el alumbrado público se da en toda la ciudad, de acuerdo con el mapa que actualiza permanentemente esta compañía, la Circunvalar, el Corredor Portuario, Simón Bolívar, la Ciudadela 20 de Julio y El Bosque son las áreas y barrios donde más los tienen azotados, explicó Sarabia.
Robos permanentes en municipios
En lo corrido del año, Air-e informó que el robo de cables, a través de 193 casos, en su infraestructura llegó a 53.9 kilómetros en octubre. De acuerdo con sus estadísticas, sorprende que las bandas que cometen estos delitos lo han hecho en repetidas ocasiones en un solo circuito.
Por ejemplo, en el Circuito Salida 2 de la Subestación de Sabanalarga este año en 33 ocasiones actuaron los ladrones y se robaron 10.9 kilómetros de redes eléctricas.
Les siguen el Circuito de Martillo con 26 robos, para un total de 9.6 kilómetros hurtados; el Circuito Salida 1 con 21 hurtos de 7.5 kilómetros; el Circuito Salida 3 con 20 robos de 4.6 kilómetros de redes y el Circuito Saco con 19 hurtos de 4.4 kilómetros de cables.
“Cuando hay hurto de redes dejan a comunidades enteras sin energía, así como hospitales, alcaldías, colegios y hasta acueductos. La mayoría de los casos se presentan en zonas rurales y por eso se requiere del fortalecimiento de un plan articulado con finqueros”, dijo Ramiro Castilla Andrade, gerente de Air-e en el Atlántico, y recordó que es fundamental que denuncien a la Policía, de manera oportuna, cualquier tipo de manipulación.
Castilla manifestó que “se necesita mayor contundencia de las autoridades en contra de los sitios donde compra y luego comercializan el cobre hurtado”. Explicó que a Air-e le ha tocado en muchas ocasiones cambiar sus cronogramas de trabajo, porque cuando hay robo de cables el personal que tienen disponible para ejecutar obras de inversión y atención de daños deben redireccionarlo a la reposición de redes hurtadas.
Air-e no informó a cuánto ascienden los robos.
A Semáforos de Barranquilla en 2022 le han robado 1.2 kilómetros de cables eléctricos, por valor de 27 millones de pesos, cifra que supera los registros de 2021, año durante el cual le hurtaron 970 metros de cable por 20 millones de pesos.
Su infraestructura también ha sido afectada por el robo de las tapas metálicas de los registros: en 2022 le ha tocado reponer 35 de estos elementos; en 2021 tuvieron que reponer 63. Esos robos sumaron 53 millones de pesos.
El accionar de los delincuentes no se concentra solo en las redes eléctricas. La Agencia Distrital de Infraestructura informó que le han robado 116 rejillas de hierro en las vías que han sido canalizadas y las que hoy tienen alcantarillado pluvial, lo que les significó la pérdida de 371 millones de pesos.
También los medidores de agua
En busca de materiales como cobre, bronce y piezas metálicas de hierro, los ladrones también se han concentrado en llevarse los medidores de agua de la empresa Triple A. Estos hurtos pasaron de 747 en 2020 a 1.644 en 2021; en 2022, hasta octubre, iban 1.037.
Sneider Lobo, director de Micromedición e Irregularidades de Triple A, expresó que entre todos hay que combatir estos robos porque significa pérdida de agua potable y el usuario afectado debe pagar el nuevo contador que le instalan.
Audio: Robo de medidores de agua afectan a los usuarios
Triple A también informó que los ladrones se robaron hasta noviembre 340 tapas de alcantarilla, en busca de comercializar el hierro que estas contienen. Junio con 48, septiembre con 44 y agosto con 38 fueron los meses con más robos de estos elementos.
“Para detener este comportamiento que se ha venido presentando de manera reiterativa, la empresa realizó la reposición con unas nuevas tapas hechas en material de ferroconcreto, las cuales contienen poca cantidad de hierro y por su peso no son fáciles de retirar”, dijo la fuente.
Para extraer el hierro que comercializan en chatarrerías, los desvalijadores del mobiliario urbano de la ciudad se han robado desde 2016 un total de 928 cestas de basura, el 14% de las que han sido instaladas en las calles de Barranquilla. “Esas canecas están hechas con polietileno de alta densidad, material resistente contra la intemperie y el clima, sin embargo, la parte del aro o del paral son de hierro, producto que buscan los ladrones”, informó Triple A.
Como se ve, las crecientes cifras muestran que mientras haya quienes compren estos elementos, los robos de las redes eléctricas y el desvalijamiento del mobiliario urbano serán el pan de cada día con afectaciones directas para los servicios públicos de Barranquilla y el Atlántico porque los ladrones trabajan 24/7. No se detienen.