Los cuestionamientos al rector Jorge Senior los hacen los 4 sindicatos, que consideran que es un “negocio desbalanceado” que favorece al contratista Albesa. El funcionario dice, por el contrario, que es “beneficioso”.
Por José Granados Fernández
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“Esto nos huele a los contratos que firmaba Mauricio Molinares; un despropósito, algo amañado, para beneficiar a particulares en contra de los intereses de la universidad”. La dura afirmación, en diálogo con 30dias.co, la hace la presidenta de SintraUAC, Nataly Álvarez, al referirse al acuerdo comercial que la Universidad Autónoma firmó con la empresa Albesa de Colombia para que, por tres años, explote la Casa de Eventos “con fines gastronómicos, recreativos y socioculturales”.
Los cuestionamientos de SintraUAC, Osiautónoma, Sinpaec – UAC y Sintraunicaribe apuntan al rector Jorge Senior, porque consideran que el contrato desfavorece a la Autónoma, no obstante sus graves problemas financieros que incluyen la pérdida de todos sus bienes por millonarios manejos irregulares y manirrotos de los ex rectores Ramsés Vargas, llamado a juicio por la Fiscalía, y Mauricio Molinares, separado del cargo por no cumplir con las medidas de salvamento que ordenó el Ministerio de Educación.
“Como el gobierno de Jorge Senior es la continuación de los mismos abusos que presentaron las anteriores rectorías, Osiautónoma no recibe con extrañeza que el actual rector firmara el acuerdo comercial de asociación y partición de cuentas entre la Universidad Autónoma del Caribe y la empresa Albesa de Colombia, cuyo contenido es de manejo y conocimiento público y muestra en su interior muchas desventajas para nuestra universidad; parece más un acuerdo de asociación, pero para acabar con lo poco que aún nos queda”, dice también el enérgico pronunciamiento de Osiautónoma conocido por 30dias.co.
¿QUÉ CUESTIONAN?
Albesa de Colombia fue constituida en diciembre de 2019 con un capital social de apenas $5.000.000. Su representante legal es María Elisa de Jesús Ponnefz Torres, quien firmó el contrato con Senior el pasado 11 de diciembre.
“Somos los nuevos dueños de la Casa Club”. Esa afirmación, que presuntamente hicieron los representantes de Albesa al personal de seguridad de la Autónoma, el 12 de diciembre en la noche, fue informada de inmediato a Álvarez. Lo expresado se convirtió en un detonante que alertó al sindicato.
30dias.co conoció que SintraUAC pidió al día siguiente explicaciones a Senior y a sus funcionarios. En una tensa reunión, Diógenes Rosero, vicerrector Administrativo y Financiero, les dijo que todo estaba bien; habló de las bondades del negocio y lo referenció como un “arriendo” de la sede de la Casa Club. Los directivos también dijeron que ellos estaban trabajando para “defender los intereses de la universidad”, que eran “diferentes” a las anteriores administraciones, y hasta el abogado Rafael Pacheco, quien lleva el proceso penal contra Ramsés Vargas, dijo que los nuevos directivos eran “honestos y trabajadores”.
Pero la organización sindical no se comió el largo cuento y la perorata, y exigió que le entregaran el contrato para estudiarlo, so pena de impedir el ingreso a la Casa de Eventos de los propietarios de Albesa.
Con el documento en mano, luego de evaluarlo, SintraUAC hizo las primeras denuncias al encontrar que no es un contrato de arriendo, como dijo Rosero; y cuestionaron que la Autónoma no sólo aportará las instalaciones, sino que pagará los servicios públicos y pondrá el personal de cocina, de mantenimiento y los vigilantes.
SintraUAC siente que les quisieron meter los dedos en la boca. “Nos mintieron”, señala la presidenta.
“La Cláusula Quinta establece que la Universidad debe entregar la cocina en condiciones óptimas al momento de la iniciación del contrato, incluyendo reparaciones estructurales como cubierta, cielos, goteras, humedades. Estas inversiones iniciales recaen completamente sobre la institución, sin que Albesa de Colombia SAS asuma ningún costo en infraestructura”, dice SintraUAC en un comunicado cuestionando el acuerdo.
Es decir, la Autónoma pone todo; Albesa sólo la cédula de su representante. En el negocio van 50 y 50 en la repartición de las posibles utilidades, pero no en el tema de las pérdidas.
“(…) en caso de que el negocio no genere utilidades, las pérdidas serán distribuidas de manera equitativa entre las partes. (…) Esta condición resulta injustificada, pues coloca a la Universidad en una posición desventajosa: además de entregar el bien en usufructo, asumir gastos operativos y adecuar la infraestructura para garantizar el funcionamiento del negocio, debe aceptar un reparto equitativo de las pérdidas cuando el contrato en su conjunto es claramente desfavorable para la institución. Este esquema favorece a Albesa SAS, que queda protegida frente a posibles escenarios de pérdida, mientras la Universidad asume cargas económicas adicionales que no le corresponden, afectando sus recursos y comprometiendo su sostenibilidad financiera”.
Fustiga la organización sindical que, además, la Cláusula Décima dice que cualquier inversión adicional necesaria para el negocio será financiada mediante el porcentaje de utilidades de la Universidad, “lo que implica que Albesa de Colombia SAS usufructuará los bienes gratuitamente; (…)“sin que la empresa haga aportes significativos”.
“Esta situación —agrega— configura un acuerdo en el que la Universidad no sólo entrega el bien, sino también su peculio, para el funcionamiento del negocio”.
Respecto al capital del socio comercial, SintraUAC manifiesta que “genera serias dudas sobre su capacidad para financiar operaciones o solventar situaciones críticas”. Y dice que la empresa favorecida —con un acuerdo entregado a dedo porque no hubo una invitación abierta a otros proponentes— no tiene experiencia en el manejo de restaurante, sino en el servicio de catering, que “es muy diferente”.
OTRAS CRÍTICAS
Los cuestionamientos no pararon ahí. Para Osiautónoma “la falta de transparencia en la elección de Albesa de Colombia SAS, como socio comercial, no sólo debilita la confianza de la comunidad universitaria, sino que perpetúa las irregularidades administrativas que tanto daño han causado a nuestra institución”.
Respecto a la actividad comercial del socio operador, Osiautónoma manifiesta que “carece de historial que justifique su elección para este contrato” y cuestiona, en un severo cuestionamiento a Senior y su cuadro directivo, que “la universidad no realizó una convocatoria pública o subasta, que permitiera la participación de entidades con mayor experiencia y capacidad, lo que incrementa las sospechas de un negocio turbio y perjudicial para los intereses académicos y laborales”.
“FAVORECIMIENTO DESCARADO”
Para Simpaec – UAC el contrato “otorga beneficios desproporcionados a Albesa”, mientras que la Universidad asume la mayoría de los riesgos financieros, operativos y de mantenimiento, incluso destinando recursos humanos y logísticos propios para garantizar el funcionamiento del negocio. “Esta estructura contractual, lejos de proteger los intereses de la institución, favorece de manera descarada a un tercero”, cuestiona.
Rechaza, igualmente, que la adjudicación del contrato careció de procesos de selección equitativos, dejando por fuera a otros posibles proponentes con mayor capacidad técnica y financiera.
“Aún más preocupante es la falta de estudios técnicos previos y proyecciones financieras que justifiquen los términos acordados. No hubo análisis que comparara escenarios alternativos, como el arriendo del espacio, opción que habría asegurado ingresos fijos y minimizado los riesgos”, agrega en sus críticas esta organización sindical.
Nelson Martelo, presidente de Simpaec – UAC, dijo a 30dias.co que no se entiende que la Rectoría quiera darles un contrato a unos particulares cuando la Universidad tiene una Facultad de Hotelería y Turismo que podría encargarse del negocio adjudicado a Albesa.
Sintraunicaribe, a su vez, aunque cree que hay “buena fe” de la administración al firmar el acuerdo, insistió en que todo contrato que se firme debe estar regido por decisiones que “se tomen de manera transparente, justa, y equitativa, dando siempre prevalencia al interés superior de la Universidad”, por lo que, al dudar del acuerdo, le pidió a Senior que lo anule.
“Es fundamental para nosotros que las decisiones que se tomen en relación con la Casa Club Caribe y cualquier otra unidad de negocio no sólo protejan el patrimonio y la integralidad de la Universidad, sino también los derechos, prestaciones y beneficios de los trabajadores de las áreas involucradas que pudieran resultar afectados”, manifiesta.
Considera que el contrato debe ser rescindido “dada su inconveniencia administrativa, económica, política y estratégica”.
…Y DE REGALOS HABRÁ BECAS
SintraUAC, Osiautónoma y Simpaec – UAC cuestionan que el rector Senior haya incluido en el contrato la entrega de becas llamados “beneficios solidarios” en los programas educativos “a familiares de los socios accionistas de Albesa SAS hasta el tercer grado de consanguinidad durante los próximos cuatro años”.
“Sin temor a equivocarnos, lo anterior se traduce en lo que se puede denominar la “repartija de becas” nada distinto a lo que realizaba el cuestionado Mauricio Molinares en su administración y una de las formas perversas de seguir agrandando el inmenso hueco financiero que vive la universidad”, expresa Osiautónoma al rechazar también esta parte del acuerdo.
Para Simpaec – UAC “es inaceptable que el contrato incluya cláusulas que otorgan beneficios educativos a los familiares de los socios de Albesa S.A.S., mientras que los propios trabajadores de la Universidad continúan luchando por acceso a derechos básicos. Además, la exigencia de invertir recursos en infraestructura y operaciones sin una justa contrapartida pone en peligro la sostenibilidad económica de la institución”.
Por la entrega de becas, SintraUAC señala: “Esto nos lleva a cuestionarnos quiénes son los socios de Albesa y en virtud de qué criterios se les otorgan estos privilegios. Este tipo de cláusulas no sólo carecen de justificación evidente, sino que, además, desvían recursos institucionales que deberían estar destinados exclusivamente a beneficiar a la comunidad universitaria”.
SENIOR DICE QUE ES BENEFICIOSO
30dias.co envió al rector Jorge Senior varias preguntas sobre los cuestionamientos a su decisión. Respondió que el acta de inicio del contrato no se ha firmado, y contrario a los cuestionamientos lo calificó como “beneficioso para la Universidad”. Sostiene que “no será difícil sustentarlo”, lo cual, anunció, hará en la “asamblea biestamentaria programada para enero”.
“Además de beneficioso, el contrato se ha tramitado durante meses acorde a los estatutos y reglamentos institucionales. Y por esa vía continúa su proceso. Sobra decir que nada tiene que ver con las malas prácticas de anteriores administraciones. Comprendo las prevenciones y sensibilidades heredadas de sucesos anteriores, pero actualmente son infundadas en lo que se refiere al momento presente”, argumentó en defensa del acuerdo comercial.
Negó cualquier relación familiar o amistosa entre directivos de la empresa y funcionarios de la Autónoma.
Con respecto a las críticas sobre las becas para Albesa, el rector dijo que “se llaman descuentos y son limitados”; aseguró que “se hacen con decenas de empresas con las cuales hay convenios. Está reglamentado”.
Opinó que tienen “mal olfato” quienes sostienen que este contrato huele a los que hacía el cuestionado Molinares.
El Consejo Superior le pidió explicaciones a Senior, quien sostiene que por ser un contrato sin cuantía “no necesita autorización previa”. Anunció que dará sus explicaciones en la próxima sesión del máximo órgano de gobierno al interior del alma mater.
Tres de los sindicatos más críticos cuestionan que el rector, cuyo encargo se vence en tres meses, pretenda firmar un contrato comercial por cuatro años. Por eso, en medio de los cuestionamientos crecientes, le piden al Ministerio de Educación que revise su actuación.
SintraUAC anuncia que “no permitiremos que la Universidad siga siendo objeto de contratos que benefician intereses particulares y perjudican su crecimiento y fortalecimiento”; Osiautónoma pide al Consejo Superior que “no permitan un segundo periodo a un rector que piensa más en beneficiar a los terceros que en cuidar los intereses de la universidad que el Ministerio de Educación le encomendó dirigir” y Simpaec – UAC exige una “investigación exhaustiva y sanciones por irregularidades de parte del Consejo Superior y de la Inspectora In Situ una auditoría rigurosa que identifique posibles conflictos de interés, omisiones en la debida diligencia y cualquier irregularidad en la adjudicación del contrato”.
¿Cómo una universidad que no tiene recursos ni para estar al día con el pago de la salud de sus trabajadores, entre otros incumplimientos, invertirá dinero en un negocio para que un privado opere la Casa de Eventos?, se preguntan sus empleados.