Los locales de las escuelas náuticas están cerrados.
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Sin turistas, el Centro Náutico espanta: la multimillonaria obra es un lucro cesante

Sin turistas, el Centro Náutico espanta: la multimillonaria obra es un lucro cesante

Hace siete meses las actividades del kitesurf están paralizadas por la falta de vientos y nadie se interesa por otros deportes de mar.

Por José Granados Fernández
X @JoseGranadosF

Inconcluso, sin obras de urbanismo ni paisajismo; con charcos de agua de lluvia en sus alrededores; sin actividades deportivas y, lo que es peor, sin las “filas de turistas”, supuestamente, iban a llegar, el Centro de Deportes Náutico de Salinas del Rey se encuentra en medio de la nada, pese a los más de 10 millones de dólares que allí gastó la Gobernación del Atlántico.

El pasado 15 de febrero cuando lo dio al servicio sin que los contratistas terminaran las obras, el gobernador, Eduardo Verano, les dijo a los periodistas: “aquí siempre habrá actividad deportiva”. Afirmó el mandatario que, después de cada temporada de kitesurf —de apenas 4 meses, de diciembre a abril y algo de mayo por los fuertes vientos alisios que soplan en la zona—, llegarían personas interesadas en “aprender kayak y otros deportes náuticos”.

Nada de eso ha sucedido. Todo ha sido un espejismo.

Como tampoco han aparecido las decenas de familias que iban a llegar los fines de semana de descanso y recreación, y mucho menos han llegado los extranjeros que estaban dispuestos a “pagar fortunas” en ese lugar, como también lo anunció Verano.

La última gran actividad fue el Salinas Fest 2025, que tuvo lugar del 28 de marzo al 2 de abril, promocionado por la Gobernación.

En la semana de receso escolar el Centro Náutico espantaba por la soledad.

Hoy, la multimillonaria obra es un lucro cesante, como lo constató 30dias.co durante horas en los últimos 15 días. Fueron contadas con los dedos de las manos las personas que llegaron a bañarse, pero no utilizaron el Centro Náutico.

Quienes se interesaron en conocer la estructura principal, la recorrieron, unos se sentaron en las sillas playeras allí instaladas, pero a los pocos minutos se marcharon porque no había nada que les llamara la atención.

Agua de coco es lo que más venden

Las cuatro escuelas de kitesurf están cerradas por ser “temporada baja”; como también lo están las estructuras construidas para vender artesanías o las que deben utilizar para entrenar a los futuros practicantes de deportes náuticos.

“Una obra de 40 mil millones no puede estar al vaivén de temporadas bajas, eso es botar la plata”, le respondió a 30dias.co uno de los visitantes antes de irse.

Lo único que, de manera condicionada, abre de jueves a domingo es el restaurante Naran Miche —de los mismos dueños del que funciona en el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín—, donde a duras penas lo que más venden son cocos de agua a 8.000 pesos la unidad.

“Hay días en los que nos vamos en blanco, sin vender nada”. La confesión la hizo el joven dependiente del restaurante cuando salió a ofrecer el servicio de comida a dos visitantes que caminaban por la pasarela de madera que comunica con lo que debía ser un complejo deportivo lleno de palmeras y jardines tropicales, pero que está rodeado de maleza reverdecida por las lluvias de octubre. En verano todo volverá a ser rastrojo.

30días.co conoció, a través de una fuente de la Gobernación, que los primeros dueños de ese local comercial “lo entregaron por las nulas ventas; ahora hay otras personas administrándolo”.

Ante la inocultable realidad, si se trataba de vender agua de coco, hubiera salido muchísimo más barato acondicionar los chiringuitos que las escuelas de kitesurf tenían debajo de los mangles e instalar allí unas carretillas coloridas con neveras de Icopor para calmar la sed de bañistas y deportistas.

La vía de entrada otra vez es una trocha

En los casi 2.400 metros cuadrados de la obra siguen sin terminar o están cerradas las otras cuatro estructuras de madera, distantes de la estructura principal. En una de esas dunas desde hace ocho meses continúan amontonadas cientos de matas que no alcanzaron a sembrarlas a las carreras cuando el gobernador Verano, con el visto bueno de la contralora departamental, Yadira Morales Roncallo, recibió las obras.

En febrero, ante la amenaza de los residentes de Salinas del Rey de paralizar todo, la Gobernación del Atlántico les prometió que revisarían sus quejas, desde los problemas de inseguridad y robos en las cabañas, los líos con el alumbrado público, la falta de alcantarillado, la delimitación de las playas para que puedan bañarse cuando lo deseen, como lo hicieron por años, y el mal estado de las vías, destruidas por los camiones del contratista de las obras.

Todo quedó en palabrerías.

Los moradores, por ejemplo, siguen sin saber en qué área pueden bañarse, ni siquiera en temporada baja, pues en la época del kitesurf les está prohibido por seguridad. “Nos expropiaron la playa”, sigue siendo el sentir de los copropietarios.

La vía fue medio reparada. En febrero, época veraniega, la Gobernación le pasó una motoniveladora, le echaron unas volquetadas de tierra y taparon los huecos.

Los trabajos fueron un engaño. Una especie de “consuelo de tontos”: ya comenzaron las lluvias y la vía principal se dañó. Hoy hay que transitarla lentamente, entre huecos y zanjas.

Desde un principio esta fue una gran improvisación, pues la Gobernación “no planificó ni contempló” hacer una vía de acceso desde la carretera Barranquilla – Cartagena hasta la multimillonaria obra, les dijo a los copropietarios de Salinas del Rey, el 27 de septiembre de 2024, Joaquín Marenco, Supervisor del Proyecto y funcionario de Indeportes. A esa reunión asistió 30dias.co en el seguimiento que ha hecho esta fallida inversión.

Cada día crece el “elefante blanco”

Por $24.167 millones, la administración de la ex gobernadora Elsa Noguera le adjudicó la licitación, en octubre de 2021, a través de Indeportes Atlántico al Consorcio Salinas —Ingeniería y Proyectos de Construcción (50%), Aurora Proyectos de Inversión (49%) y Orbe & Urbes Constructora (1%)—. Las obras debieron terminarlas en febrero de 2023, pero las entregaron inconclusas dos años después.

Como lo informó 30dia.co, el valor final superará los $40.000 millones, sumando las adiciones, la interventoría de Ecovías —su representante legal es el ingeniero Luiggi Pugliese Mercado— y los costos financieros que pagará Indeportes hasta 2029 con las vigencias futuras de la Estampilla Prodesarrollo, por autorización de la Asamblea Departamental.

La construcción del Centro de Deportes Náuticos fue controvertida desde un comienzo. Inicialmente, los copropietarios de Salinas del Rey la vieron como una obra que favorecería el turismo y su urbanización, algunos pensaron en ofrecer servicios turísticos, pero en más de 10 reuniones han terminado exponiendo que han recibido más problemas que beneficios.

En Santa Verónica, balneario vecino donde el mar, en medio de anuncios y promesas de la Gobernación, se ha comido las playas con las arremetidas de las mareas, lamentan que la administración departamental haya gastado más de 40 mil millones de pesos en una obra para que permanezca “cerrada 7 u 8 meses al año”.

“Es todo un despropósito, un lucro cesante enorme, cuando nosotros, que sí generamos empleo, tenemos problemas por la erosión costera”, fue la crítica que, meses atrás, lanzó el empresario turístico Silvio Charris.

La Contraloría General de la República, a través del vicecontralor Carlos Zuluaga, alertó en marzo pasado que el Centro Náutico estaba “ad portas de ser inaugurado como un “elefante blanco” más en el Atlántico”, por los costos, los retrasos en su construcción y por su entrega inconclusa.

Hasta el momento el ente de control fiscal no ha evaluado su funcionamiento.

Ni el director de Indeportes, Iván Urquijo, ni la secretaria de desarrollo Económico, Marisabella Romero Sanjuan, respondieron preguntas de 30dias.co sobre lo que sucede con el Centro de Deportes Náuticos.

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