Propietario del predio donde la construyeron dice que no le han pagado y pide explicación sobre $1.300 millones que no recibió de la servidumbre.
Por José Granados Fernández
Twitter: @JoseGranadosF
Cualquier alcalde de Colombia estaría contento y le daría a conocer a su municipio la buena noticia de haber recibido una moderna Planta de Tratamiento de Aguas Residuales que ayudará a proteger el medio ambiente, en especial las ciénagas y lagunas de su territorio, pero extrañamente en Malambo no ha sucedido así.
Después de múltiples renuencias, el alcalde Rumenigge Monsalve recibió la obra, construida por la Unión Temporal Malambo, con una inversión de $19.467 millones, de la cual el 91% fue aportado por Findeter, más $1.866 millones de la Gobernación del Atlántico.
El acta, firmada por el mandatario y el representante de Findeter, Mauricio Betancourt Jurado, dice que la PTAR fue recibida el 30 de septiembre, pero casi un mes después Monsalve tampoco se lo ha informado al operador municipal del servicio de agua potable y alcantarillado, Aguas de Malambo, ni al Concejo.
La construcción de la PTAR terminó el 22 de marzo pasado, fecha desde la cual Findeter buscó que el alcalde la recibiera y la pusiera a operar, pero este se negaba, como también se negó Óscar Pantoja, en calidad de mandatario encargado durante los tres meses que el titular estuvo suspendido por las investigaciones que tiene abiertas en la Procuraduría y la Contraloría General.
Pese a que el objetivo era que la planta comenzara a funcionar rápidamente, siete meses después, aún no opera. Una fuente consultada dijo que existe el riesgo de que por la falta de mantenimiento “haya algún deterioro” en las bombas y tuberías del sistema de tratamientos de aguas de alcantarillas, que cuenta con dos lagunas a cielo abierto que abarcan dos hectáreas. Estas tuvieron que ser llenadas con agua cruda para evitar que el sol cristalice las geomembranas.
Habitantes de la invasión El Morrito han intentado robarse las mallas del cerramiento instalado en la parte posterior, de acuerdo con lo que constatamos en un recorrido en la abandonada obra, llena de monte y maleza.
¿Será privatizada?
A raíz de lo que está sucediendo, la pregunta que surge es si el alcalde Rumenigge Monsalve está pensando en entregar la operación de la PTAR a otro concesionario, entre otras cosas porque en el acta del 12 de agosto, en la que Findeter le recibió la obra al contratista, documento que no fue firmado por la administración municipal, quedó consignado que la Alcaldía y Aguas del Malambo expresaron, en reunión virtual del 26 de junio, que no tenían los recursos para administrar la planta de tratamiento, unos $87 millones mensuales más la vigilancia privada.
Paralelo a este interrogante, en torno a la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales surgen otros relacionados con un litigio pendiente entre la Alcaldía y el propietario del predio El Encanto, José Asdrúbal Botero, quien reclama que le paguen las dos hectáreas donde construyeron las lagunas de pretratamiento, el predio donde está la PTAR y la servidumbre para el paso de la tubería de las aguas servidas.
En derechos de petición presentados ante la Alcaldía de Malambo y Findeter, Botero ha pedido información sobre a qué persona, en la administración del ex alcalde Efraín Bello, le habrían pagado $1.300 millones por la servidumbre. Sostiene que a él no le cancelaron este dinero. “Una tutela fue la figura que utilizaron para ese pago, falsificaron nombres y firmas. A quién le pagaron, no sabemos”, dice su abogado César Grau. La administración municipal no ha respondido y la entidad nacional le recomendó a Botero presentar denuncia penal ante la Fiscalía.
Recientemente apareció una escritura en la que registran un presunto pago de la servidumbre, por $20 millones, a nombre del ganadero Botero. En los documentos que le llevaron funcionarios de Planeación de Malambo hay una anotación de la notaria municipal, Maribel Camargo, que “se exime de cualquier responsabilidad” al autenticar dicha escritura, asegura el abogado.
En cuanto al terreno donde están hoy la PTAR y las lagunas, Grau dice que al ganadero en 1998 el Área Metropolitana le expropió 4 hectáreas y media, en el norte del predio El Encanto, pero al momento de construir el sistema de tratamiento de aguas residuales lo hicieron en otro terreno “por el cual que no han pagado un solo centavo”.
Reveló el apoderado que el alcalde Efraín Bello, en un acta firmada, acordó con Botero una “intensión de compra de dos hectáreas, pero después no hubo una compra efectiva, nunca se llevó a cabo”.
Grau asegura que, de acuerdo con la geolocalización de la obra, existe una “transposición y suplantación de predios”. “La PTAR y las lagunas -asegura el apoderado- no están donde dicen la Alcaldía y Findeter, se encuentran en una propiedad privada que no ha sido comprada”.
Las afectaciones de las actividades productivas que realizaban en El Encanto son tasadas en $4.800 millones. Esta reclamación es parte del litigio que le espera al municipio, independientemente de las implicaciones penales por utilizar para la construcción de la PTAR un predio privado que, de ser cierto, podría terminar en la parálisis total de una obra si el municipio no paga, con el consecuente daño patrimonial nacional y municipal.