Mientras 250 pescadores y sus familias pasan necesidades, el alcalde Rumenigge Monsalve incumplió convenio firmado con el Ministerio de Agricultura.
12 de noviembre de 2021.
Todo era sonrisas y grandes anuncios de lo que sería la panacea pesquera de Mesolandia, barrio de Malambo donde la miseria ha crecido por años. Se publicaron fotos en Bogotá del alcalde Rumenigge Monsalve recibiendo el cheque simbólico; hubo más fotos al regresar de la capital y las publicaciones institucionales informaban la que sería la mejor noticia que jamás habían recibido 250 pescadores de piel curtida por el sol en sus años de trabajo.
Monsalve daba la cara y difundía ante los malamberos las bondades del proyecto; hablaba de que su Municipio sería una “despensa pesquera” y aseguraba que volvería a ser la zona agroindustrial del pasado:
Audio: Las promesas pesqueras del alcalde Monsalve
9 de agosto de 2022.
Olga Cantillo, cuya familia ha vivido por años de la pesca, camina bajo el calcinante sol el terraplén de Mesolandia y habla con frustración de lo mal que lo están pasando al recibir la noticia de que el convenio piscícola en el que tenían “grandes esperanzas”, firmado entre el Ministerio de Agricultura y la Alcaldía de Malambo, ya no se llevará a cabo:
Audio: Se nos acabaron las esperanzas, dicen pescadores
Como lo describe Cantillo, en vez de estar ocupados en la producción de las primeras 15 toneladas de mojarra roja que anunció el alcalde Monsalve, hoy los pescadores de las asociaciones Almejas y Peces, Nuevo Amanecer, Agropesquera de Mesolandia, Asipes, Asopesbamm del barrio El Morrito están desesperanzados.
Todos pensaron que sus vidas por fin cambiarían como actores principales del proyecto en el que el Ministerio de Agricultura y la Alcaldía construirían “cinco módulos de cultivos superintensivos” de tilapia, o mojarra roja, utilizando la tecnología biofloc.
De acuerdo con lo pactado, el Ministerio aportaría 5.000 millones de pesos, es decir la mayor parte de los recursos; Malambo apenas entregaría 5 millones y los pescadores colaborarían con su incansable mano de obra, o jornales, avaluada para este proyecto en 1.369 millones.
Tras la firma, el convenio quedó en manos del alcalde Rumenigge Monsalve. Pasaba el tiempo y los grandes anuncios de noviembre no se materializaban. Los pescadores preguntaban qué sucedía y les contestaban que el proyecto estaba en la etapa de contratación.
Lo que no sabían era que por los riesgos financieros que afronta la Alcaldía de Malambo ninguna aseguradora se atrevía a expedir las pólizas de garantías que necesitaba la obra.
Al superar este escollo, la Alcaldía dispuso abrir la convocatoria para escoger un contratista. Sin embargo, omitió cumplir el Plan Operativo de Actividades, una especie de hoja de ruta que el Ministerio de Agricultura establece para controlar este tipo de inversiones, financiadas por el Fondo de Fomento Agropecuario, a fin de ordenar los respectivos desembolsos.
En respuesta a un derecho de petición del periodista Alex Miranda, de Emisora Atlántico, sobre qué sucedía con el convenio, es decir las obras y los 5.000 millones de pesos comprometidos, la Dirección de Gestión de Bienes Públicos Rurales de Ministerio de Agricultura reveló que “actualmente hay una situación de incumplimiento que fue enviada por la interventoría, la cual fue comunicada (…) a la entidad territorial”.
La entidad nacional respondió, además, que la Alcaldía de Malambo con sus actuaciones ha incurrido en una “recurrente inobservancia” para ejecutar cabalmente el objeto del convenio. Por esa razón, con base en los informes de la interventoría, iniciaron los trámites de liquidación ante la jurisdicción contenciosa administrativa.
¿Qué significa ese trámite? En el proyecto piscícola de Malambo, el Ministerio comprometió recursos de vigencias futuras de 2021 y 2022. Como el convenio tiene plazo de ejecución hasta el próximo 31 de agosto y nada se ha hecho, los 5.000 millones de pesos depositados en Fiduagraria “deberán devolverse a la Tesorería General de la Nación”, dijo una fuente consultada.
Lo paradójico es que mientras la Alcaldía de Malambo deja perder la millonaria inversión, sus pescadores tendrán que seguir buscando el sustento familiar en ciénagas del departamento del Magdalena, Atascosa y El Torno, o en los kilómetros 13 y 18 en la vía a Ciénaga. Se ausentarán por semanas y seguirán como José Gutiérrez, a sus 67 años, añorando las épocas en las que abundaba la buena pesca en la ciénaga de Mesolandia, a escasos metros de sus casas.
Audio: Las pesca desapareció de la ciénaga
“No nos han dado explicación, no hemos visto un centavo de esa inversión que la Alcaldía prometió”, se quejó Ángel María Carrillo, un veterano directivo de la Asociación Nuevo Amanecer que tiene 75 pescadores afiliados. Reveló que no existe ni siquiera un lugar para desarrollar el proyecto. “Esto no se puede hacer sin planificación ni pueden exponer a los pescadores a la inseguridad que aquí existe”, manifestó.
Audio: «No sabemos nada ni hemos visto un centavo»
Diez meses después de las promesas ni media libra de mojarra roja se han producido de las 15 toneladas que anunció el alcalde Rumenigge Monsalve. El mandatario ya no aparece, como lo hacía sonriente en noviembre para las fotos; no les da la cara a los 250 pescadores y a sus familias que necesitan que les expliquen por qué fracasó el convenio piscícola que el Ministerio de Agricultura dejó en sus manos.